La simple complejidad del “CONÓCETE A TÍ MISMO”

Por María Alejandra Benítez Hurtado.·.

El enunciado Conócete a ti mismo es una filosofía de vida profunda que, aunque la encontramos en el templo helénico de Delfos, proviene de civilizaciones anteriores a Grecia y es el ícono del ser humano como expresión exacta del cosmos. A tenor de lo expuesto, y siguiendo las antiguas tradiciones que fueron sutilmente copiadas por el Génesis bíblico y sintetizadas por los griegos, somos la representación de esa Fuerza Creadora y el conocernos a nosotros mismos no es más que conocer a ese Ser Superior que hay dentro de cada uno de nosotros y empeñarnos en ser como Él pues somos imperfectos pero perfectibles.

Según Sócrates, en la consigna Epimeleia Heauton radica el sentido esotérico del porqué filosofamos, es de este maestro que Platón aprende la relación entre Geometría y Filosofía que pone en la entrada de su Academia con la conocida expresión “No entre aquí quien no sepa geometría”.

El conocernos a nosotros mismos pone en juego los dos aspectos básicos del por qué debemos iniciarnos para entender lo esotérico, la acción de conocer y el objeto sobre el cual recae ese conocer. Es una actividad del ser humano sobre sí mismo, tratando de comprender su condición.

La Iniciación en el seno masónico es un importante punto de partida para conocernos a nosotros mismos. Uno de los momentos más simbólicos que nos marca el inicio de este eterno peregrinar del soltar, pulir y afinar es cuando el Venerable Maestro o Venerable Maestra dice: No siempre delante de ti se encuentran los enemigos. Los más terribles están detrás de ti, ¡voltéate!; al hacerlo nos encontramos con un espejo y aunque la imagen que vemos es lacónica -y a su vez un juego de reminiscencia inmediata sobre cómo nos vemos y nos ven los demás físicamente- esta representación nos indica la observación constante y crítica a nosotros mismos en nuestro comportamiento habitual, abandonar la insensatez, usar las herramientas que nos fueron dadas cuando  tomamos la decisión de ser obreros en la Luz, y esculpir nuestra Piedra Bruta.

El camino para conocernos a nosotros mismos en la actualidad es en sí una peripecia titánica pues se encuentran excesivos libros, conferencias, publicaciones en redes sociales sobre  autoayuda basados en una deficiente aplicación de las ciencias (sociología, psicología, etc.) y pseudo-ciencias (astrología, quiromancia, numerología, etc.) en los cuales se nos induce a atiborrarnos de información que refleja generalidades del mundo exterior o lo que otras personas han vivido, cuando la realidad demuestra que el encuentro íntimo con nosotros mismos es una vivencia personal de cada cual, aunque muchas veces las mentadas ciencias y pseudo-ciencias son de gran ayuda para identificar algunos esquemas de conducta, éstas no son suficientes pues se exige el desprendimiento total del ego y verse a sí mismo, como la primigenia imagen del espejo en el Evento Iniciático.

La base de dicho proceso es la adquisición de la Phronesis o Prudentia para luego adquirir la Episteme, después el Nous y por fin la Sophía. Pero esto es imposible si el que busca la sabiduría no se entiende a sí mismo como ser humano, de allí que la primera pregunta de un iniciado sea: ¿Cómo conocemos?, para enseguida plantear otra: ¿cómo razonamos? Luego de respondidas se debe afrontar otra: ¿Quiénes somos?, que, para responderla, ya que es en sí muy compleja, debemos, por razones metodológicas plantearnos preguntas que la fraccionen tales como ¿qué es el Cosmos? ¿cómo surgió el Cosmos? ¿qué logos le dio origen?

Si no procedemos así, la actividad del conocernos a nosotros mismos sería estéril.

Egrégor, Nuestra Proyección Energética

Ana Maria Clemente 

¿Qué es y de dónde proviene la energía? Remontémonos hasta el origen mismo del universo, explicado por la Teoría del Big Bang, donde masa y energía eran uno solo. Todo lo que conforma el universo conocido está formado por la misma esencia – energía– la cual fluye de manera constante desde el origen mismo del universo. Se indica que el Universo es de tipo Septenario[1] porque contiene 7 formas de energía[2]; pero también ocurre que nuestro Planeta Tierra está compuesto por 7 capas[3], y posee 7 estados de la materia[4]. El sol provee casi toda la energía que utiliza el hombre, la gran cantidad de energía que éste produce llega a nuestro planeta en forma de radiación electromagnética, la cual nos da luz y calor haciendo posible la vida. La máxima esotérica más importante de la que surge todo el conocimiento se cifra en esta frase: “La energía sigue al pensamiento”, siendo la energía del pensamiento una reacción del espacio. El hombre al pensar emite radiaciones eléctricas, estas reacciones eléctricas encuentran una resistencia en el espacio, fruto de esta resistencia es una acumulación de energía o, si ustedes lo prefieren, una substanciación de energía

¿Qué es el Egrégor? De etimología griega (egregoroi) significa velar, estar despierto, consciente. “Egrégor” o Egrégora es un término que significa “alma colectiva”, “espíritu en común”, en el sentido de idea, objetivos, deseos, pensamientos, pasión, etc.; sinergias que constituyen y dan sentido a un grupo. En un contexto oculto o mágico, un egrégor es el resumen de las energías físicas, emocionales, mentales y espirituales generadas por dos o más personas que vibran juntos hacia el mismo objetivo. Varios escritores han tratado de describir los egrégores. El profesor Gabriel Emerson, experto en las obras literarias de Dante, describió al egrégor como una entidad psíquica o una forma de pensamiento que se compone de fuertes influencias energéticas y emocionales producida por poderosos pensamientos colectivos vigentes. El primer autor que adaptase “egrégor” en una lengua moderna fue el poeta francés Víctor Hugo, en La Leyenda de los Siglos la primera serie de 1859, donde se usa la palabra “egrégor” primero como adjetivo, y luego como un sustantivo, mientras que deja el significado oscuro. Eliphas Lévi, en Le Gran Arcano (“El Gran Misterio”, 1868) identifica “egregors” con la tradición relativa a los ” Vigilantes “, los padres de la nephilim, describiéndolos como “seres terribles” que “nos aplasta sin piedad porque no son conscientes de nuestra existencia “. La noción de “egregor” también aparece en el libro Roza Mira del ruso Daniil Andreyev donde representa el brillo en la nube como el espíritu asociado con la Iglesia. En Rusia es una creencia común que la palabra “egrégor” se originó de este libro espiritual. El movimiento ocultista masónico ruso DEIR, dirigido por Dmitry Verischchagin, también emplea este concepto-Egregore (también egrégor) es un concepto ocultista que representa una ” forma mental “o” colectivamente de grupo”, una entidad psíquica autónoma formada para influir en los pensamientos de un grupo de personas. Los egrégores no son buenos ni malos, simplemente son producidos por sentimientos como la ira, los celos, la alegría, las mentiras, la amargura, la decepción, la pereza, el odio, el rencor, etc; por lo que su verdadero origen es la humanidad. Para crear un egrégor es necesario que todos los miembros del grupo emitan la misma energía de vibración y que proporcionen regularidad a sus emociones. Cuanto mayor sea la energía emitida por todos los miembros, mayor será la entidad y más fácilmente se lograrán los objetivos. La vida material del egrégor depende del número de miembros de un grupo, su disciplina, su unión, y su vibración energética.

Aura y su Campo Magnético El Aura en el campo de la parapsicología, es un campo de energía que emana de la energía de nuestro cuerpo y es semejante al campo magnético que rodea a la Tierra. Está dividida en siete estratos[5] o capas relacionadas directamente con los siete chakras. El aura puede dilatarse y contraerse, dependiendo del flujo de energía que estemos generando; su propósito consiste en soportar las corrientes magnéticas y eléctricas del cuerpo, el cual posee un sistema regulador interno que le ayuda a mantener la homeóstasis del cuerpo. 

Egrégor masónico. Siendo el universo una única Logia, es en el Taller que los masones deben reunir, fortalecer y concentrar en ese recinto consagrado sus energías mentales y espirituales para generar aquel ambiente solemne, místico y etéreo que conocemos como la “Egrégora Masónica”. Ésta se consigue mediante la ejecución del Ritual que combina los efectos favorables de la presencia divina, la voz humana, los vocablos usados para expresar voluntad, sentimiento y deprecación, el silencio, los rayos de luz y la vibración propicia producto del batir sincrónico de las palmas. Al declarar que todos los puestos están cubiertos, y en ellos los hermanos debidamente condecorados, esperando las órdenes del V∴M∴ se ha dado el primer atributo para la floración de la Egrégora ya que anuncia la paz y unidad de voluntades. Sellado el ámbito contra la irrupción de cualquier elemento negativo, y patente el homogéneo nivel moral de los presentes. Con las debidas luces, la secuencia de frases rituales propias del diálogo de apertura y la identificación con el Primer versículo del Evangelio de San Juan, convoca la presencia de huestes divinas y llena el templo de entidades superiores; a su llamado acuden aquellos hermanos que ya no vemos y que nos transmiten su sabiduría, nos autorizan a vivir esa experiencia y nos brindan su protección y su guía para la perfección de los trabajos, dándoles validéz y permanencia. Tal estado de gracia se conserva hasta el momento de deshacer la Cadena y despedirnos sobre la Escuadra. Egregóricamente hablando, un Templo, se debe evitar que se convierta en un lugar para actividades profanas; puede ser sencillo, pero debe estar escrupulosamente limpio, decorado con buen gusto para estimular la emoción artística, porque el arte y la belleza son fundamentales para la evolución del egrégor de la Logia. Una Tenida masónica debe llevarse a cabo en la más justa y completa armonía. Si existieran sentimientos personales tales como el sentirse ofendido, de revancha, o estar afectado por los celos y la envidia, lo más probable es que todo el ejercicio y esfuerzo por conseguir el objetivo oculto del sentido del Ritual sería algo absolutamente inútil, contribuyendo a la formación de un egrégor que provocará el fracaso de los trabajos.

La Teoría especial de la relatividad de Einstein, demostró científicamente que todo es energía. La energía que se nos da desde el Sol, fluye a través de nuestro cuerpo y por medio de nuestros pensamientos formamos nuestro egregor, devolviendo esta energía al Universo. La energía no se destruye sólo se transforma, por ello los invito a que seamos un aporte energético importante hacia el universo, y que pensemos en cómo está siendo nuestro aporte. Como nos plantea El principito “Lo esencial es invisible a los ojos”……


[1] Septenario: que consta de 7 elementos. Número más sagrado por contener la Trinidad y el cuaternario.

[2] Formas de energía: electromagnética, química, térmica, eléctrica, cinética, nuclear, y gravitacional.

[3] Núcleo Interno, Núcleo Externo, Manto, Corteza Terrestre, Litosfera, Hidrósfera y Atmósfera.

[4] Estados de la Materia en el Planeta Tierra: sólido, líquido, gaseoso, subetérico, etérico subatómico y atómico.

[5] Cuerpo Etérico, Cuerpo Emocional, Cuerpo Mental, Cuerpo Astral, Patrón Etéreo, Cuerpo Celestial y Patrón Cetérico.

Giordano Bruno. El místico visionario

Por Samuel Benavides Herrera

Hace 420 años, un 17 de febrero del año 1600, tuvo lugar en Roma un acontecimiento que daría pie al librepensamiento. En el “Campo dei Fiori”, cientos de personas se reunirían para ver morir en la hoguera a Giordano Bruno, hombre religioso de la Orden de los Domínicos, por orden de la “Santa Inquisición”.

Su nombre de bautismo fue Filippo Bruno, el cual a los 15 años cambiaría a Giordano. Escribía poesía, piezas de teatro, filosofía y teología. Nacido en Nola, Nápoles, en 1548, fue llevado a la hoguera tras haber “desafiado a la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana” por exponer sus ideas sobre la Tierra y su posición en el Universo.

Se sabe que la sentencia de muerte la impuso el Papa Clemente VIII días antes de la quema pública dando la opción a Bruno de renunciar a sus ideas y arrepentirse. Bruno decidió morir llevando consigo sus propuestas, mientras ardía en la hoguera cuentan, volteó la cara para rechazar un crucifijo que le pusieron enfrente.

Giordano inició sus ideas en 1575, cuando comenzó a leer los textos prohibidos del filósofo holandés Erasmo de Róterdam, uno de muchos actos que contribuyeron a su muerte en la hoguera.

Contestatario, heterodoxo y actualmente considerado un baluarte del librepensamiento, tuvo una particular manera de entender la teología, lo cual causó malestar entre la comunidad religiosa (de la cual según los historiadores no se sentía aceptado). Se sabe que sus problemas comenzaron tres años después de haber sido ordenado Cura. Pasando por varios conventos dominicos, lo acusaron de hereje, abandonó la Orden, y fue excomulgado.

Se convirtió al calvinismo, pero sus ideas críticas y re interpretativas hicieron que fuera encarcelado.

Giordano estuvo en París, Londres y Oxford, en estos lugares se dedicó a escribir y publicar obras de teología, acrecentando su fama y también sus detractores. Reforzó sus ideas científicas con escritos sobre la “teoría de Copérnico y el Sistema Solar” 

Bruno no solo conocía y apoyaba la teoría de que el sol era el centro del universo, sino que iba mucho más allá. Tenía la idea de que el universo era infinito, que no tenía un único centro y estaba lleno, según él, de mundos habitados como el nuestro. También decía que además de Saturno, había otros planetas que giraban alrededor del Sol como detalla en su obra “De Umbris Idearum” lo cual fue demostrado en formas sucesivas desde finales del Siglo XIX.

A diferencia de Copérnico, Giordano no basaba sus teorías en datos y demostraciones científicas, sino en creencias religiosas, un preámbulo de las formas en la que la Inquisición atacaría a G. Galilei tiempo más tarde.

En 1586 tuvo que huir de París después de escribir unos artículos insultando a los funcionarios y miembros de la Iglesia y reafirmando sus ideas. Huyó a Alemania y los luteranos también lo expulsaron. Después de 15 años volvió a Italia y tras la excusa del noble Giovanni Mocenigo (quien solicito de Bruno ser su Profesor) fue entregado a la Inquisición Veneciana.

A pesar de explicar que sus predicaciones eran filosóficas y no religiosas, el “Santo Oficio” decidió que su único destino sería la hoguera.

Algunos historiadores sitúan que el enfrentamiento con la Iglesia tenía que ver sobre todo con una lucha política entre la Iglesia católica o reformista de carácter conservador, y la burguesía; esa fue la principal razón para la persecución de la inquisición por un lado y la cárcel por otro.

Giordano Bruno puede considerarse como un predicador y un científico pero no en el sentido estricto de la palabra. Estaba muy informado y tenía conocimientos astronómicos muy avanzados para la época, mezclaba los conocimientos con sus creencias y después hacía especulaciones sin ninguna base científica actual, aunque antes no era así. Muchos como Newton, eran astrólogos que consideraban teorías de las ciencias ocultas como la alquimia. Bruno fue un “místico visionario” que apoyó teorías que solo serían comprobadas siglos más tarde.